Los tres primeros días de la travesía por el Parc Nacional d’Aigüestortes i Estany de Sant Maurici fueron los más sencillos. ¡Un buen entrenamiento para lo que nos esperaba a la vuelta de la esquina!
ETAPA 1 – Estany Cavallers – Refugio de Restanca
- Distancia: 11 kilómetros
- Desnivel: +820 m / -570 m
- Altitudes máxima y mínima: 2476 m / 1729 m
El primer día nuestra guía nos había citado al grupo entero en Boí, un precioso pueblo de la comarca de Alta Ribagorza en la provincia de Lleida, zona famosa por sus iglesias románicas.
A las 8.30 de la mañana nos juntamos todos los que formaríamos el equipo para adentrarnos en las gargantas de la Carros de Foc: tres gallegos, dos asturianos, una vasca, una catalana, un andaluz y una valenciana. Nuestra guía, Alba (os recomiendo su blog profesional de montaña res sota els peus) nos explicó brevemente cómo íbamos a funcionar y, sin tiempo que perder, nos repartimos en varios coches para subir hasta los pies del Embalse de Cavallers.
Embalse de Cavallers (1780 m)
Esta presa construida en 1960 a una altitud de 1780 metros, es uno de los puntos de acceso más habituales al Parc Nacional d’Aigüestortes i Estany de Sant Maurici y nuestro punto de inicio.
El día estaba soleado con cielo azul, la predicción del tiempo para la semana era inmejorable. ¡Todo listo para perdernos 6 días en la montaña!
Limpios (no por mucho tiempo) y con energía al 100% para completar la travesía
Comenzamos la ascensión atravesando las Llastres de la Morta, un paraje precioso con Cavallers al fondo y con una pequeña manada de vacas que veranean por la zona hasta que el frío del invierno empiece a hacer acto de presencia y las tengan que bajar a las cuadras.
Llastres de la Morta
Después de un par de horas de aclimatación a la subida, llegamos al primer refugio de los 9 que conforman el circuito clásico de Carros de Foc: el Refugi de Ventosa i Calvell, situado a 2220 metros de altitud en un pequeño promontorio junto al Estany Negre. Las vistas eran de infarto.
Estany Negre desde el Refugi de Ventosa i Calvell (2220 m)
Tras un pequeño descanso, continuamos ascendiendo junto a lagos de un azul muy intenso, entre los que destacan los de Mangades, Clot y Monges. Es una pena que esté prohibido el baño (aunque gracias a eso tienen esa agua tan cristalina) porque con el calor que hacía todos nos imaginábamos dándonos un buen chapuzón…
La cima de esta primera etapa es el Coret Oelhacrestada (2476 m aprox.), situado a pocos metros del Estany de Monges. Desde aquí podíamos ver perfectamente la bajada que teníamos por delante hasta llegar al próximo lago, uno de los más bonitos del parque.
Coret Oelhacrestada (2476 m)
El Estany Cap del Port se encuentra a medio camino entre el Coret Oelhacrestada y el Refugio de Restanca. Aquí hicimos una larga parada para relajarnos, ya que estábamos completamente solos y las vistas eran para dejarse llevar, vaciar la mente, montar una cabaña y quedarse a vivir ahí.
Estany Cap del Port
Con algo más de energía, retomamos la ruta para el descenso final que nos dejaría a los pies del Refugio de Restanca (2010 m aprox.), situado junto a la presa del mismo nombre.
Aquí nos sorprendió la calidad de la cena y desayuno que nos ofrecerían a lo largo de la ruta. El menú de esa noche consistió en sopa, pasta y butifarra.
Refugi de Restanca (2010 m) – Foto de Rafa Corral
ETAPA 2 – Refugio de Restanca – Refugio de Saboredo
- Distancia: 13 kilómetros
- Desnivel: +1130 m / -860 m
- Altitudes máxima y mínima: 2565 m / 2006 m
Alba ya nos había advertido que el segundo día iba a ser más intenso que el primero. Teníamos por delante más de 1000 metros de desnivel en ascenso y 3 collados que superar bajo un sol que no se iba a contentar con darnos simplemente 15 grados. Con la idea en la cabeza de una buena hidratación continua, empezamos a caminar a las 7.30 de la mañana.
El primer collado era el mismo que habíamos descendido el día anterior para llegar al refugio: el Coret Oelhacrestada. Al llegar a lo alto hicimos una pequeña parada para comer algo y deleitarnos de nuevo con la quietud y tranquilidad del Estany de Monges.
Coret Oelhacrestada y Estany de Monges
La ruta continuaba hacia el este, pasando junto a los lagos de Port de Caldes.
Estanys de Port de Caldes
Tras un buen rato de senderismo sencillo, nos esperaba la ascensión al segundo collado del día: El Coret Port de Caldes (2550 m). Con energía suficiente, llegamos a lo alto, y agradecimos (brevemente) el descenso.
Bajando del Coret Port de Caldes (2550 m)
Pocos minutos después pudimos ver en la lejanía la parada para comer: el Refugi de Colomers (2130 m), ubicado junto al lago del mismo nombre. Aquí buscamos una buena sombra para descansar de los calores intensos y recuperar energías en tan bonito entorno.
Refugio y Lago de Colomers (2130 m)
Desde aquí cogimos una senda sencilla sin mucho desnivel que los llevaría hasta un pequeño y muy bonito valle situado junto a los pies de la que sería la última subida del día.
Valle junto al Coll de Sendrosa
Y así llegamos al tercer y último collado de la etapa: El Coll de Sendrosa (2451 m). Este fue uno de los puntos más intensos de los 6 días, no por el desnivel en sí, si no por el sol y calor constantes que sufrimos a esa hora del día. Con mucho sudor (por todas las partes del cuerpo) llegamos a lo alto deseando vaciar nuestras cantimploras.
Coll de Sendrosa (2451 m) – Foto de Nacho Moratalla
Aún así, la recompensa estaba garantizada. Acabamos esta etapa en el increíble Refugi de Saborèdo (2310 m). Un pequeño refugio totalmente ecológico y con unas literas superiores situadas justo delante de enormes ventanales que permiten ver el cielo estrellado de noche desde la cama… ¡Un auténtico espectáculo!
Refugi de Saborèdo (2310 m)
La cena además estaba preparada con productos 100% ecológicos (¡y sabrosos!): sopa de verduras, ensalada de lechuga, cebolla y tomate y butifarra.
Nos merecíamos el descanso y la comida después de lo sudado en esta etapa.
ETAPA 3 – Refugio de Saboredo – Refugio de Amitges
- Distancia: 7 kilómetros
- Desnivel: +600 m / -530 m
- Altitudes máxima y mínima: 2862 m / 2278 m
Pusimos rumbo a las 8 de la mañana. No teníamos mucha prisa ya que la ruta en sí era corta y aún nos notábamos en plena forma. Comenzamos suavemente paseando por el Valle de Saborèdo y sus lagos en dirección sur.
Valle de Saborèdo y Estany Naut
Unas dos horas después, habíamos llegado ya al Port de Ratera, donde paramos brevemente y dejamos las mochilas para subir al Pico de Ratera (2862 metros).
Pico de Ratera (2862 m) desde el Port de Ratera
La ascensión en sí no fue demasiado complicada. En poco más de media hora estábamos en lo alto, con lo que pudimos permitirnos el lujo de pasar arriba casi una hora contemplando las vistas de todos los montes colindantes (incluido el Aneto, el pico más alto de los Pirineos y que yo tengo tendencia a mover de sitio).
Después de coronar este casi-tres-mil, descendimos con muchas ganas de continuar y ver qué otras maravillas nos depararía el parque en los siguientes días.
Poco después de la 1 de la tarde, estábamos ya a orillas del Estany Gran d’Amitges. No teníamos ninguna prisa por llegar al refugio así que buscamos una conveniente sombra a orillas del lago para comer…
Estany Gran D’Amitges
… refrescarnos los pies…
… y contemplar las curiosas Agulles d’Amitges, dos puntas rocosas que al parecer hacen las delicias de los escaladores.
Agulles D’Amitges
Parecía increíble que tuviésemos prácticamente toda la tarde de relax en el Refugi D’Amitges (2380 m). Lo más alucinante, la terraza, muy amplia y soleada y con vistas a los picos y al pequeño Estany de la Cabana.
Vistas desde la Terraza del Refugi D’Amitges (2380 m)
Aquí aprovechamos la velada para hablar con calma y compartir diversas, divertidas e interesantes experiencias montañeras y viajeras por el mundo adelante. Es una de las cosas buenas de la montaña, que te olvidas de todo lo demás y hace que te abras a la posibilidad de ver, descubrir y experimentar.
Yo desde luego me voy con mil ideas en la cabeza gracias a mis compañer@s de grupo y a nuestra guía.
La cena una vez más fue alucinante. Es importante recordar que estos refugios reciben los suministros de alimentos en helicóptero, por lo que tienen que tener todo bien racionado y controlado. Aún así, la sopa, lasagna y estofado parecían de un restaurante con estrellas michelín.
En este formidable refugio d’Amitges se termina la parte más sencilla de la travesía. Las tres etapas siguientes aumentan considerablemente el grado de dificultad, tanto por la altitud como por la distancia y, sobre todo, por el terreno.
Cielo Estrellado desde el Refugi D’Amitges (2380 m)
Nos fuimos a dormir bajo el cielo masivamente estrellado de los Pirineos, con ganas de retomar el pateo al día siguiente.
Con Límite Infinito 